Manuel Portela Valladares nació en Fonsagrada en el año 1867. Estudió Derecho en la Universidad de Santiago donde se graduó. Ejerció de juez municipal y llegó a ser decano del Colegio de Abogados. En 1898 consiguió una plaza de Registrador de la Propiedad en Madrid. Su vida política comenzó en el Partido Liberal de la mano del liberal gallego más destacado, Eugenio Montero Ríos, aunque Portela no fue un producto del caciquismo. Fue elegido diputado en 1905 y en 1910. Dentro del partido terminó acercándose a José Canalejas, el principal líder del ala izquierda del liberalismo español. Fue gobernador civil en Barcelona en 1910, para pasar dos años después a ser fiscal del Tribunal Supremo. La muerte de Canalejas le dejó huérfano en el difícil panorama de enfrentamientos internos del liberalismo español en franca crisis, como la que estaba sufriendo, por su parte, el Partido Conservador, las dos formaciones dinásticas del ya maltrecho turno político.
García Prieto nombró a Portela ministro de Fomento en 1923 en vísperas de la Dictadura de Primo de Rivera, es decir, en el último gobierno antes del golpe. En tiempos de la Dictadura nuestro protagonista se aparta de la política para dedicarse a otros menesteres. En 1924 funda en Vigo El Pueblo Gallego, un diario de tendencia democrática. Al final de la Dictadura regresa activamente a la política, teniendo un claro protagonismo en la defensa de la autonomía gallega.
Al proclamarse la República fue elegido diputado por Lugo en 1931 hasta 1933. Volvería a ser diputado en 1936 pero esta vez por Pontevedra. Pero el protagonismo político de Portela en la República se produciría en 1935 al ser nombrado gobernador civil por Alejandro Lerroux, para pasar también a ser ministro de la Gobernación. Con la crisis que sufrió Lerroux por los escándalos de corrupción Portela accedió a la presidencia del Gobierno por decisión de Alcalá-Zamora al terminar el año. En 1936 presidió un segundo gobierno. Convocó las elecciones de febrero de 1936 en las que ganaría el Frente Popular. Para optar a estas elecciones creó el Partido del Centro Democrático.
Al estallar la guerra decidió seguir siendo fiel a la República. Pero la compleja situación social y política en Madrid donde recibió amenazas de los anarquistas le obligaron a marchar a Niza. En ese exilio se produjo un hecho importante en su vida privada y también pública. Portela estaba casado con una aristócrata catalana muy adinerada y que sentía una clara afinidad hacia los sublevados. Portela estaba alarmado por la violencia en la retaguardia republicana y, muy presionado por su esposa, intentó buscar una salida en el bando sublevado, pero Franco no aceptaba a Portela por su escrupulosa defensa de la legalidad republicana, su condición de masón y por sus ideas democráticas. Sus bienes fueron incautados y terminó separándose de su esposa. Portela pasó a París. En ese momento Negrín se puso en contacto con Portela para que asistiera a las Cortes de Valencia de 1937. Necesitaba la presencia de políticos moderados para ganarse el apoyo internacional y demostrar que la República no era defendida exclusivamente por políticos radicales y de izquierda. Portela accedió y viajó a Valencia asistiendo a las Cortes en el mes de octubre de 1937. Esta decisión le provocó intensos ataques de la propaganda franquista que empleando documentación privada sobre sus contactos con el bando sublevado le granjearon duras críticas del bando republicano. Portela vivió una situación personal muy difícil.
Al terminar la guerra tuvo que exiliarse. Su objetivo era marchar a América pero no consiguió el visado por las fuertes presiones del gobierno franquista, que lo consideraba un traidor. En Francia fue detenido por la Gestapo cuando el país fue ocupado por los nazis. Franco pidió la extradición pero no fue concedida. Eso le salvó la vida. Recordemos lo que le ocurrió a Companys. Murió cerca de Marsella en 1952.
Portela Valladares fue un ejemplo de político centrista, liberal, muy respetuoso de las instituciones y con la democracia. Además fue un destacado miembro de la masonería española.
Eduardo Montagut
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