En este artículo glosaremos la vida de un personaje muy importante en el pequeño pero activo universo del republicanismo español conservador democrático, hijo de un prohombre del conservadurismo español como fue Antonio Maura. Estamos aludiendo a Miguel Maura.
Miguel Maura Gamazo nació en Madrid el 13 de diciembre de 1887, siendo el séptimo hijo de Antonio Maura, personaje clave en el reinado de Alfonso XIII, y de Constancia Gamazo, hermana de otro personaje fundamental en la política española de la época de la Restauración, Germán Gamazo.
Nuestro protagonista comenzó en política en el seno del Partido Conservador en 1913. Fue elegido diputado maurista en el año 1916 por Alicante. El maurismo supuso una variante del conservadurismo, una puesta al día del mismo en el siglo XX frente al viejo conservadurismo que había representado Cánovas del Castillo. Tenía mucho de regeneracionismo, de reformismo con tintes sociales, aunque un tanto paternalista. Fue precisamente en 1913 cuando gran parte de las juventudes conservadoras se solidarizaron con Antonio Maura frente a Eduardo Dato. El maurismo, por otro lado, ponía de relieve la crisis del Partido Conservador, problema que también sufría el Partido Liberal. El maurismo fue una apuesta fallida por transformar un viejo Partido de cuadros, de élites, en otro más moderno, propio del siglo XX, aunque sería cantera de muchos políticos posteriores.
Aunque Miguel Maura comenzó por contemporizar con la Dictadura de Primo de Rivera ante el evidente fracaso del sistema político de la Restauración terminó por desplazarse hacia el republicanismo, opción que no compartían sus hermanos. Recordemos que uno de ellos fue el político e historiador duque de Maura, nombrado ministro en el último gobierno de Alfonso XIII. Además, la mayor parte de los mauristas sí apoyaron claramente la Dictadura y optaron por posiciones mucho más a la derecha. En este sentido basta con recordar a José Calvo Sotelo.
En 1930 se involucró en la coalición republicana y, tras los sucesos de Jaca, fue detenido. Creó una pequeña formación republicana pero que, muy pronto, se fusionó con la Derecha Liberal Republicana de Niceto Alcalá-Zamora. Miguel Maura fue un personaje muy activo en la época de la llegada de la República, participando en el Pacto de San Sebastián. El personaje representaba, junto con Alcalá-Zamora, la postura conservadora española legalista y defensora de las instituciones, que quedó sepultada por las otras derechas y que fracasó como alternativa democrática. Maura quiso que esa derecha participara activamente en la República, defendiendo sus posturas e ideas, intentando obtener el poder pero no para desvirtuar el sistema para crear otro nuevo, lo que le enfrentó a la derecha no democrática y, también a la CEDA y a Gil-Robles por su extremismo. Tampoco comulgó con el Partido Radical de Lerroux, quizás por la trayectoria política de este político, sintiéndose muy lejos de su populismo.
Maura participó en el primer gobierno de la República y en la intensa etapa constitucional. Ferviente católico, pero no ultramontano, terminó por enfrentarse al anticlericalismo de la izquierda en el gobierno, lo que hizo que dimitiera. Maura intentó convencer a sus colegas del gobierno sobre la necesidad de que se reconociera el catolicismo en España por su arraigo y que era necesario buscar alguna fórmula de entendimiento con la Iglesia. En agosto de 1931, la Derecha Liberal Republicana cambió su nombre por el de Partido Republicano Progresista. En enero de 1932, el ala derecha de la formación, liderada por Maura, se escindió, creando el Partido Republicano Conservador. Pero Maura fracasó en las elecciones de 1933, ya que solamente obtuvo 17 escaños, frente a la fuerza de la CEDA.
Durante el bienio radical-cedista se caracterizó por intentar rebajar la tensión parlamentaria entre la derecha y la izquierda. En 1935, el presidente de la República pensó en él para dirigir un gobierno pero la derecha no le apoyó porque Maura quería aprobar una amnistía para los involucrados en la Revolución de Octubre, dentro de su línea de buscar consensos.
En las elecciones de febrero de 1936 su formación solamente se consiguió 3 escaños. El partido participó en la elección a compromisarios para elegir al presidente de la República, única formación conservadora, junto con la Lliga Catalana, que no boicoteó el proceso. En el mes de junio publicó unos artículos en El Sol, que generaron no poca polémica. En ellos abogaba por la instauración de una dictadura nacional republicana, un régimen transitorio para restablecer el orden frente a la radicalización general que se vivía en la primavera. Quería que se enfrentase a los sectores más radicales de la derecha y la izquierda para salvar a la República. Al parecer, cuando estalló la guerra el propio Azaña quiso nombrarle para que se formase un gobierno de unidad nacional para enfrentarse a la situación. Pero él exigía poder establecer ese régimen transitorio. Aunque los sectores menos radicales de un lado y de otro no veían, en principio, con malos ojos a Maura el resto de los republicanos y los sectores a la izquierda del PSOE se negaron en rotundo a aceptar esta solución.
El PRC desapareció en la guerra. Maura estuvo al margen del conflicto, se exilió y regresó a España en los años cincuenta de forma discreta y nunca colaboró con el franquismo. Murió en el año 1971 en Zaragoza.
Miguel Maura escribió un libro muy importante, ya obra clásica, para entender el intenso período histórico que determinó la llegada de la República y que lleva por título, Así cayó Alfonso XIII. La obra vio la luz en México en 1962, aunque no pudo publicarse en España hasta 1966, con la censura pertinente. La primera edición libre de censuras es del año 1981. En el año 2007, su nieto y profesor, Joaquín Romero Maura, sacó una nueva edición con un prólogo de su autoría y con textos de su abuelo hasta la llegada de Franco.
Eduardo Montagut
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